martes, 28 de abril de 2009

Radiohead - Nude


Sé que hablar de este grupo justo después de dedicarle un post a Labuat es motivo suficiente para terminar ardiendo en el infierno, pero bueno, espero ser perdonado el día del juicio final.

No voy a intentar calificar a Radiohead ni describir su música porque no estoy a la altura y no podría encontrar palabras que mínimamente pudieran hacerles justicia. Simplemente, os dejo la canción más estremecedora, brutal, demoledora, destructiva y a la vez emotiva y bella que he escuchado en muchísimo tiempo.

Nude es un sencillo perteneciente al último disco de estudio de la banda -In Rainbows-. Un álbum llamado a hacer historia debido a su particular método de distribución: Fue lanzado inicialmente en octubre del 2007 como una descarga de archivos de internet en la que el usuario elegía el precio a pagar (incluso podía elegir descargarlo gratis). Más tarde, el disco fue editado en formato físico bajo el sello discográfico XL Recordings, obteniendo muy buenas cifras de ventas.


Te irás al infierno por lo que tu sucia mente está pensando

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lunes, 27 de abril de 2009

Labuat - Soy tu Aire



El nuevo nombre de Virginia Maestro es pretencioso y la portada de su disco hortera. El despegue susurrante del tema con declaración pomposa (soy del aire, soy del agua...) pueden llegar a dar grima. Pero creo que hay que darle a la canción al menos una escucha completa.

La letra es tonta y cursi, pero no es el desastre que se ha comentado. La instrumentación es bonita y majestuosa y la voz de Virginia dulce y sugerente. (Aunque en las estrofas cuesta entender qué es lo que está diciendo). Creo que "Soy tu Aire" es una propuesta arriesgada y original que puede llegar a gustar más a medida que el número de escuchas va en aumento.

Parece existir una especie de prejuicio que consiste en restar credibilidad a opiniones afines a productos salidos de panoramas tan podridos como el de Operación Triunfo. El disco de Labuat me parece de un nivel aceptable y una propuesta lo suficientemente meritoria como para reconocerlo. Sí, "Soy tu Aire", me gusta.

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miércoles, 22 de abril de 2009

Anatomía de Grey: Diseccionando corazones y almas



Después de Perdidos y Mujeres Desesperadas, es el momento de hablar de Anatomía de Grey, otra serie emitida por el canal americano ABC y que también inició sus andaduras durante la temporada televisiva 2004-2005.

Tras el rotundo éxito de las dos series anteriormente mencionadas, la cadena norteamericana encargó la producción de una nueva serie capaz de repetir dicho éxito. Pese a la dificultad inicial de cumplir con esta premisa, Anatomía de Grey no ha bajado de los diez programas más vistos desde su estreno hace cinco años. Convirtiéndose en el buque insignia de la cadena, la serie ha llegado a ser el programa de ficción más visto en Estados Unidos en algunas ocasiones, por delante incluso de la todopoderosa franquicia CSI.

Comencé a ver esta serie después de que consiguiera obtener cierto éxito en sus emisiones por el canal de televisión Cuatro. Algunos capítulos sueltos me sirvieron para notar que me encontraba ante una serie fresca y divertida, con grandes dosis de un humor muy personal que en ocasiones llega a se r incluso disparatado. No fue hasta que me topé de bruces con el episodio de cierre de la segunda temporada cuando me di cuenta de que estaba ante algo realmente muy bueno. Y cuando al cabo de pocos meses (pues decidí pasar a la vía rápida y descargarme algún capítulo por internet), disfruté de la magnífica, elegante, emocionante y preciosa season premiere de la tercera tem porada, con notable moraleja final incluída, acabé rendido a sus pies. No dudé un segundo en que debía volver hacia atrás y descargarme todos los episodios que me había perdido para poder disfrutar de esta serie desde el principio.

Anatomía de Grey es todo corazón. Todo emociones. Emociones magnificadas que traspasan la pantalla, que llegan a instalarse en tu propio corazón hasta que llegas a sentir como propias. Es un vistazo al alma, es abrir un hueco sobre la piel de una persona y asomarte para contemplar el interior. Es sentarte ante la pantalla y disfrutar, reír y llorar. Porque si hay una serie efectiva a la hora de hacerte saltar esas dos lagrimitas, esa es Anatomía de Grey. Historias personales (tanto de pacientes como de médicos) en las que te involucras e implicas de forma visceral. Y es por eso por lo que no es simplemente otra serie de médicos. Ni una serie en la que todos se lían con todos. Ni una en la que lo único que importa son los escarceos amorosos de los protagonistas (estas han sido algunas de las críticas con las que más fuerza e injusticia ha sido atacada). El número de emo ciones y sentimientos que desprende cada capítulo es casi infinito, y aunque el amor tiene un papel muy importante en la serie (qué sería de Anatomía de Grey sin este sentimiento...), no es lo único ni lo más importante.

Cada capítulo comienza con un prólogo narrado por la protagonista, Meredith Grey, en el que expone sus propias reflexiones sobre la vida y la muerte, y sus aprendizajes sobre ambos aspectos a lo largo de toda la serie. Y es este otro de los aspectos que más me fascinan de la serie: su protagonista. Casi por sistema, siempre he sentido cierto rechazo hacia los llamados protagonistas (Jack de Perdidos, Kimi y Valle de Compañeros (xD), Dawson de Dawson crece...), sin embargo, Meredith Grey me enamoró desde el primer momento, y esto fue así porque es un personaje diferente, y más aún, una protagonista totalmente atípica. Meredith es una mujer atormentada, oscura, incomprendida e incomprensible. Difícilmente, el espectador podrá encontrar algo con lo que identificarse con ella, difícilmente podrá entender sus acciones y sus reacciones, puesto que en más de una ocasión, la propia Meredith ha manifestado no entenderse a sí misma. Es un personaje arriesgado, y no en vano despierta antipatía entre muchos de los seguidores de la serie. Sin embargo, intentar conocer a esta doctora, intentar comprender su personalidad ha supuesto uno de los estímulos más satisfactorios derivados del seguimiento de este programa.

Pienso que hay dos formas de ver Anatomía de Grey: La primera, superficial y pasiva, limitándose uno a ver el capítulo sin implicarse en exceso, sintiendo cierta angustia ante la perspectiva de que el paciente viva o muera y llevándose una desilusión cuando su pareja favorita termine la relación. La segunda, es intentar descifrar todos los significados, comprender qué está pasando por la cabeza de los personajes, qué significan sus acciones o qué supone para ellos involucrarse más o menos con determinados casos médicos. Todo un ejemplo de lo que digo es la segunda tem porada en sí misma, la mejor y una auténtica maravilla en lo que a transmitir emociones se refiere. Durante esta temporada, todos los casos medicos son en realidad, una metáfora de lo que ocurriría si Grey se postrara sobre una de las camillas del hospital y el resto de doctores la abriera en canal y observara qué diablos ocurre ahí. Cada paciente materializa la emoción que Grey está sintiendo en ese capítulo, de ellos aprende y apartir de ahí sus reflexiones comienzan a fraguarse, para terminar siendo transmitidas a modo de epílogo al final de cada capítulo.

Pero no todo en esta serie se limita a Meredith Grey. El Seattle Grace (hospital donde transcurre la acción) está pla gado de personajes entrañables e irritantes a partes casi iguales, originales y auténticcos, encabezados por los que a continuación voy a presentar:


- Meredith Grey (Ellen Pompeo): Como ya he dicho, protagonista de la serie y punto de vista canalizador de todo lo que acontece. Una mujer compleja y atormentada por motivos que no parecen realmente importantes. Al comienzo de la serie es una interna recién licenciada en medicina que inic ia su periodo de prácticas en el Seattle Grace.

- Dereck Shepperd (Patrick Dempsey): El famoso doctor macizo o McDreamy. Para mi gusto, es de los pocos personajes que se han vuelto más interesantes a medida que avanzaban las temporadas y no al revés. Egoísta y con un ego bastante desarrollado. Adjunto en el hospital y especialista en neurocirugía. Su relación con Meredith (no es un Spoiler, en la primera escena del piloto ya están enrollados) es el pilar romántico de la serie.

- Christina Yang (Sandra Oh): Interna en el Seattle Grace, compañera de Meredith. Increíblemente ambiciosa, constante y luchadora. Llega a resultar fría ya que parece que careciera de emociones. En algunos momentos de la serie puede parecer inhumana y a menudo es comparada co n un robot.

- George O'Malley (T. R. Knight): Al igual que Meredith y Christina, al comienzo de la serie es interno en el Seattle Grace. Inseguro, tímido e ingenuo. No es tomado en serio por nadie y la mayor parte del personal duda de que llegue a convertirse en un buen médico. Se siente invisible la mayor parte del tiempo y eso le hace convertirse en una persona frustrada.

- Izzie Stevens (Katherine Heigl): Interna en el Seattle Grace. Dulce y angelical, los pensamientos negativos simplemente no existen en su cabeza. Tremendamente optimista, se involucrará en exceso con algunos pacientes. Esto hará que su inocencia sea quebrantada.

- Alex Karev (Justin Chambers): Interno en el Seattle Grace. Cínico, manipulador y rastrero. Es capazd de la peor treta para hacerse con una cirugía. Sin embargo, bajo esta fachada se esconde un hombre mucho más sensible de lo que aparenta.

- Miranda Bailey (Chandra Wilson): Residente en el hospital, encargada de la instrucción de los cinco internos. Es una mujer dinámica, enérgica, de voluntad férrea y de temible carácter. Sin embargo, posee un c orazón enorme.

Existen otros personajes importantes como Preston Burke (Isaiah Whasington) o el Jefe (James Pickens Jr.), pero los considero algo menores a los anteriormente descritos.

Anatomía de Grey está emitiendo actualmente su quinta temporada tanto en Estados Unidos como en España, aunque los episodios por el canal Cuatro han sufrido un pequeño parón. Animo a cualquiera que lea este posta a darle una oportunidad a esta gran serie si aún no lo ha hecho, pues creo que no le decepcionará.
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sábado, 18 de abril de 2009

LOST. El que está perdido eres tú.



La serie de las series está de actualidad en España. Desde que hace varias semanas la cadena de televisión Cuatro anunció que se había hecho con los derechos de emisión, mucho se ha hablado al respecto y muchos nos hemos preguntado si por fin esta serie obtendrá el trato que se merece en nuestro país. A día de hoy, aún desconocemos cuando comenzará a emitirse, y las dudas sobre el éxito de la serie en la cadena de Sogecable están más que justificadas.

Sin embargo, todo esto me proporciona una excusa perfecta para dedicar este post a otra de las series con las que más he disfrutado. Poco puedo decir de Perdidos que no se haya dicho ya: Es una obra original, creativa, inquietante y sobre todo, adictiva. Profundamente adictiva. También es tramposa, muy complicada, extenuante y frustrante. Pero si has caído en sus garras, si de verdad has llegado a convertirte en uno de los supervivientes, si tú también has viajado en el 815 de Oceanic y te has estrellado en la isla, entonces ya no puedes escapar.

Arrancó en 2004, con el episodio piloto más caro jamás rodado en la historia de las series de televisión (costó más de once millones de dólares) en la cadena norteamericana ABC, marcando un hito televisivo. El fenómeno Perdidos ha batido casi todas las fronteras habidas y por haber. Se ha convertido en una serie de culto que arrastra un fenómeno fan constante y comprometido, auténticas cabezas pensantes que se proponen discernir el universo Perdidos elaborando teorías, algunas más acertadas que otras.

Como ya he dicho, poco puedo añadir sobre esta serie que no se haya contado. Puedo volver a repetir lo que ya se ha dicho hasta la extenuación: La historia se centra en las vidas de un grupo de supervivientes de un accidente aéreo ocurrido en una isla aparentemente desierta plagada de misterios e incógnitas. Miedo, amistad, amor, odio, supervivencia y otros instintos básicos se combinan en un ambiente de pesadilla con situaciones extremas en un entorno cada vez más misterioso.

Actualmente emitiendo su quinta temporada en Estados Unidos y a tan sólo un par de decenas de episodios para el final, algunos afrontan esta conclusión del viaje con temor, otros con expectativas y otros con impaciencia. O con todo a la vez. Después de cien episodios, miles de interrogantes aún sin resolver y seguramente con unos cuantos más aún por crear, ¿Es realmente posible que Perdidos ofrezca un final a la altura? ¿Es posible que todas las preguntas que orbitan en la mente de los espectadores sean contestadas satisfactoriamente? Sea como fuere, la respuesta la tendremos el próximo año, cuando esta serie llegue a su fin después de seis exitosas temporadas.

Se podrían escribir líneas y líneas sobre la serie, sobre cada uno de los personajes, sobre cada uno de los episodios y sus diferentes estructuras narrativas, sobre cada uno de los misterios resueltos y sin resolver... Pero de momento, voy a limitarme a exponer por qué me gusta Perdidos. Por qué considero que esta serie es grande y que su éxito no es solo debido a una corriente histérica de fans sin criterio o amantes empedernidos de la Ciencia-Ficción.

1 - La isla. Porque la isla en sí es un personaje más, enormemente profundo y complejo. La isla está viva, respira, amenaza, consuela, reconforta, mata y da vida. Conocer a la isla es el principal motivo por el que cada uno de los espectadores de Perdidos ha iniciado este viaje. Saber qué es lo que ocurre ahí, qué es realmente la isla y cuál es su función es una pregunta cuya respuesta llega a convertirse en una obsesión. Porque aquellos capítulos en los que se nos da un poco de información acerca de este magnífico personaje se convierten en algo enorme, y cuando la palabra LOST con su mítico fondo de pantalla en negro aparece, te das cuenta de que el corazón te va a mil por hora.

2 - La estructura narrativa. Cada episodio está dedicado a uno de los personajes, durante el cual, a través de flashbacks, podemos conocer su pasado, comprender su presente y relacionar lo ocurrido en el pasado con los acontecimientos en la isla. Los flashbacks son la marca de la casa. He de reconocer que antes que la isla, la acción o el misterio, lo primero que me llamó la atención de esta serie fue su esquema narrativo, su novedoso uso de los llamados flashbacks. Hubo una época en que comprender al personaje, conocer los secretos que guarda y seguir su trayectoria fue más estimulante para mí que ahondar en los misterios de la isla.

3 - Los personajes. En una serie tan coral como Perdidos, lograr escribrir personajes tan tridimensionales me parece altamente meritorio. Personajes con los que te identificas, hacia los que sientes simpatía o antipatía, a los que comprendes una vez has conocido su historia o que terminas por rechazar para siempre. Personajes que además, evolucionan, que acabarán el viaje siendo personas muy diferentes a las que eran cuando lo empezaron.

4 - La banda sonora. La música compuesta sobre todo para la primera temporada es una absoluta gozada. Los momentos dramáticos en ningún momento llegan a ser gratuitamente lacrimógenos gracias a una música elegante y sobria, con un predominio de melodías al violín preciosas y completamente estremecedoras en algunos casos. Por otro lado, en los momentos de tensión o misterio, te atrapa y te absorbe, hace que formes parte de la acción entrando en un ambiente tenebroso y místico del que es difícil es capar.

5 - Los Cliffhangers (según wikipedia, escenas que normalmente, al final de un capítulo de una teleserie o cualquier obra que se espere que continúe en otra entrega, generan el suspense o shock necesario para hacer que la audiencia se interese en conocer el resultado de dicho efecto en la siguiente entrega). La habilidad de los guionistas para dejarte en vilo, para sacarse un as de la manga, parece casi infinita. Si hay una serie que utilice este recurso de una manera efectiva, esa es Perdidos. Prácticamente, cada final de temporada ha supuesto una tortura por tener que esperar varios meses para saber cómo continúa la historia después de el último giro de tuerca.

6 - Porque no es sólo una serie de misterio. Perdidos, además, es un drama a la altura de los grandes. Un drama en el que los personajes sufren miserias, crecen, aprenden, luchan, fracasan o salen victoriosos. También puede llegar a destacar notablemente en el ámbito de la comedia. Sobre todo gracias a personajes como Hurley o Sawyer (debido a la simpatía del primero y al cinismo del segundo) que convierten Perdidos en una serie muy completa.

Podría seguir citando cualidades, pero sospecho que la entrada ya es lo suficientemente larga. Sin embargo, no todo son alabanzas para esta serie, que también tiene sus errores. Como dije al principio del post, la serie es tramposa, muy complicada, extenuante y frustrante. Pero espero poder hablar de todo eso en el futuro.
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miércoles, 15 de abril de 2009

MUJERES DESESPERADAS. Seres infelices en un lugar idílico



Han pasado más de cinco años desde que en septiembre de 2004, esta serie emitió su episodio piloto por el canal de televisión americano, ABC. Han pasado más de cinco años desde que inmediatamente, la serie se convirtió en el mejor estreno de la cadena en años, y la crítica estadounidense alabó este producto casi por completa unanimidad. Quería empezar mi andadura en este blog hablando de esta serie, pues nunca he llorado, reído y seguido intrigas con tanta intensidad como lo he hecho al seguir las andanzas de las cuatro mujeres protagonistas.

Mujeres desesperadas es la historia de un lugar idílico y de sus infelices habitantes. Personas que se mienten a sí mismas, a los demás; que guardan secretos, inconfesables, inesperados, peligrosos.

Wisteria Lane amanece como tantos otros días, soleado, cálido, acogedor… Los maridos han terminado de roncar y han comenzado a afeitarse, las esposas preparan el desayuno a sus hijos y los retoños aprovechan los últimos instantes de sueño bajo las sábanas. Un día como tantos otros, Mary Alice Young (interpretada por Brenda Strong), distinguida, bondadosa, amable y atenta, reputada en la vecindad, decide quitarse la vida apretando el gatillo de un revólver que nunca antes había sido usado.

Mary Alice era una persona maravillosa a ojos de todos sus vecinos. Era un ama de casa feliz, que dirigía su hogar con entrega, que cumplía su papel con abnegación. ¿Qué motivos podía tener para suicidarse? ¿Acaso su estilo de vida no era el mismo que el del resto de sus amigas? ¿Por qué lo hizo? Esa es la pregunta inicial que plantea el episodio piloto. En sólo un par de minutos el creador de la serie tuvo tiempo de presentar a Mary Alice, justo para inmediatamente después, acabar con ella al volarle los sesos con una pistola.
Descubrir el motivo del suicidio de Mary Alice, será la principal línea argumental de la primera temporada. Motivo que se nos revelará durante el último episodio, recibiendo a lo largo de todos los demás, breves retazos de información a partir de los cuales podremos sacar conclusiones.

Cada capítulo comienza con un prólogo narrado por Mary Alice, convertida en exquisito fantasma, mediante el cual se exponen los hechos, adornados con metáforas y frases ingeniosas, que van a desarrollarse en dicho episodio, que concluirá con el correspondiente epílogo, en el que comprobamos que todas las historias han ido viajando hasta un punto común, y en el que sacaremos conclusiones, siendo los finales los momentos más emotivos de cada capítulo. En ellos, Mary Alice habla acerca de la vida y de la muerte, del bien y del mal, del amor y del odio. Son estos epílogos finales los momentos más emotivos, los que han convertido a Mujeres Desesperadas en una serie de gran originalidad, ingeniosidad, frescura y sensibilidad.

Comedia, drama, sátira, crítica social, humor negro, ironía, sexo, doble moral, intriga… Son algunos de los ingredientes que engrandecen esta magnífica serie, este producto capaz de hacerte pasar de la sonrisa ensoñadora a la carcajada limpia, para terminar erizándote el vello de la nuca y derramar tus lágrimas por las mejillas a la vez que en tu cerebro se imprimen algunas de las frases más ingeniosas de sus magníficos diálogos.

Wisteria Lane es un lugar deslumbrante, grandes y bonitas casas, coloridos jardines, educados vecinos… ¿Quién no podría ser feliz viviendo en este paraíso? Las cuatro protagonistas son un buen ejemplo. Un grupo de mujeres que han logrado sus metas, cumplir sus sueños. Se han casado, se han mudado a las afueras, tienen un buen trabajo y han formado una familia. Están viviendo el sueño americano. Pero son infelices. Y es cuando Mary Alice se suicida cuando esta verdad acude a ellas de forma implacable, provocando que los cimientos de sus vidas se tambaleen. A partir de ese momento, cada una de ellas intentará por todos los medios escapar de esa infelicidad, por miedo a levantarse una mañana con ganas de volarse la sien apretando el gatillo de una pistola.
La serie es una exploración a la infelicidad de estas mujeres después de haber conseguido lo que querían, una asistencia a las peripecias y crisis existenciales de cuatro amas de casa. Unos personajes llenos de matices, de luminosidad y frescura, con personalidades bien definidas que traspasan la pantalla y te permite conocerles, quererles e incluso formar parte de sus vidas. Sin embargo, también tienen una oscuridad que hasta entonces yo nunca había visto en una serie de televisión. Las cuatro mujeres protagonistas tienen una naturaleza turbulenta que no pueden controlar, y es por eso por lo que están tan desesperadas. No en vano, al final de la primera temporada, la mayor parte de los personajes de la serie ha cometido un delito importante.

Susan Mayer (Teri Hatcher) es una peculiar divorciada de mediana edad, propensa a los accidentes y prácticamente con una mala suerte crónica diagnosticada, que se siente atraída por el nuevo vecino recién llegado al barrio; Bree Van de Kamp (Marcia Cross) es una flamante ama de casa aparentemente perfecta, pero la realidad dista mucho de ser así; Lynette Scavo (Felicity Huffman) fue una implacable ejecutiva publicitaria que ahora es incapaz de controlar a sus hijos; y Gabrielle Solis (Eva Longoria) es una ex modelo de pasarela materialista y superficial pero dotada con gran astucia e inteligencia. Asimismo, la serie cuenta con un plantel de secundarios absolutamente espectacular, encabezado por la estelar Edie Britt (Nicollette Sheridan), la devora hombres oficial del barrio tras cuya fachada se esconde una mujer mucho más frágil de lo que parece (irá ganando peso a medida que avanza la serie), Karen McCluskey (Kathryn Joosten), una viejecita gruñona que sin embargo cuenta con un irreverente sentido del humor, o Martha Hubber (Christine Estabrook), una víbora sin escrúpulos que es capaz de encontrar beneficiosa la repentina muerte de su vecina por poder quedarse con la batidora que esta le había prestado con anterioridad. También hay que destacar el papel de los maridos de las protagonistas, pues pese a que la serie está enfocada desde el punto de vista de las esposas, ellos juegan un grandísimo papel en sus vidas y también son grandes personajes que merecen un post aparte para ellos solos.

No puedo terminar este post sin destacar la magnífica banda sonora compuesta por Danny Elfman (compositor de entre muchas otras, las bandas sonoras de Pesadilla antes de navidad o Eduardo Manostijeras), que acompaña perfectamente tanto en los momentos más emotivos como en los de la más hilarante comedia.

Es mi intención seguir desgranando esta gran serie en futuros post, para hablar más a fondo de los personajes y de su evolución a lo largo de sus cinco temporadas de existencia, ya que considero que una sola entrada no podría hacerle justicia a la que considero la mejor comedia que he visto hasta ahora.
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