lunes, 14 de diciembre de 2009

Biografía de una Desesperada: LYNETTE SCAVO (6ª Temporada, episodios 01-09)


Puede que las bajísimas expectativas me llevaran a considerar que el comienzo de la sexta temporada no fuera del todo malo.

El nuevo embarazo de Lynette me había parecido una salida desesperada y un no tener ni idea de qué hacer a continuación. Sin embargo, tras el visionado de la nueva Season Premiere llegué a pensar que si seguían los pasos adecuados, quizás la idea no fuera tan mala.

Sin ir más lejos, hay un par de momentos bastante buenos, derivados de esta nueva situación: Una Lynette más resentida y cínica que nunca, arruina la inocente ilusión de una madre primeriza en una escena divertidísima en la que, necesitada de implantar doctrina, imponer su causa y abrir los ojos al mundo para que conozcan su verdad, sale a relucir la auténtica Lynette, aquella que enterraron la temporada pasada. El segundo momento es en el que Lynette lleva su sentimiento de rechazo a la maternidad hacia el extremo más absoluto: No quiere a los bebés. No los ama. Consideré que, finalmente, podía ser interesante explorar ese sentimiento “antinatural” de completo rechazo a ser madre de nuevo. Sin embargo, leo por ahí que los ejecutivos de la ABC truncaron los planes de los guionistas de llevar a cabo un aborto, en una muestra más del daño que le ha hecho la moralina de la cadena de Disney a esta serie, que habría sido tan absolutamente maravillosa en una cadena de pago que no la censurara cada vez que intentara mearse fuera del tiesto.

Si bien el nuevo embarazo de Lynette podía parecer una salida desesperada para volver a encauzar el personaje y llevarlo de vuelta a los inicios, a partir del segundo episodio de la sexta temporada los guionistas dejan bien claro que esa nunca fue la intención. En vez de abrir sus tramas a un ámbito más familiar, se sigue naufragando en la persistencia de dar vueltas sobre la manida inmadurez de Tom, quien ahora ha decidido matricularse en la Universidad en un nuevo intento para encontrarse a sí mismo (la mejor forma de hacerlo sería que Lynette por fin le diera un par de bofetadas).

Por otro lado, comprobamos con tedio que sigue trabajando para Carlos Solis, y pese al poco interés que pueda despertar esta situación, si se agradece que Tom aparezca menos en pantalla cuando la trama gira sobre cualquier asunto en la oficina. Me parece un acierto que se oculte el embarazo ( aunque la razón principal sea la promoción laboral también subyace el hecho de que Lynette no desee a estos bebés), puesto que da lugar a algunas situaciones simpáticas (el episodio del vino, el aumento del tamaño de los senos, el uso de la ropa de Tom para disimular el tamaño del vientre) y conduce a la primera situación realmente interesante que tiene lugar desde que Lynette y Carlos comenzaran a trabajar juntos: El jefe descubre el engaño y le hace mobbing a la empleada para obligarla a dimitir. Por primera vez, no nos ofrecen situaciones tediosas que nos son totalmente indiferentes, sino que se despiertan sentimientos y se plantea debate, se permite al espectador situarse de un lado o del otro y da cierta sensación de esperanza de cara a los episodios venideros.

Esperemos que la situación entre los Scavo y los Solis no se resuelva con esas salidas tan simplonas y amables de las que nos tienen acostumbrados los guionistas, sino que dé lugar a una buena trama de enfrentamiento entre jefe y empleada y que ambos peleen por sus intereses durante algunos capítulos más. Seguro será bastante más interesante que el siguiente episodio de crisis de los cuarenta de Tom, que me temo sea el comodín guardado para cuando termine el arco argumental actual.

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domingo, 13 de diciembre de 2009

Citas de Series: Anatomía de Grey


"Shut up. I'm your person."
(Meredith Grey - 2x01. Raindrops keep fallin on my head)
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viernes, 11 de diciembre de 2009

Biografía de una Desesperada: LYNETTE SCAVO (5ª Temporada)


Season Finale de la cuarta temporada. Salto en el tiempo de cinco años. Se nos muestra un atisbo de cómo serán las vidas de las desesperadas. Fin de la cuarta temporada. Boca abierta.

Marc Cherry promete que este quinto año será como volver a empezar. Un lavado de cara completo y unos personajes dispuestos a ser construidos de nuevo. Ante esta declaración de intenciones, la expectación ante esta quinta temporada no podía ser mayor. Tampoco pudo ser mayor la decepción.

Es innegable que la premisa inicial para Lynette era interesante: Hasta ahora había destacado por ser la madre desquiciada de una vasta camada de críos endemoniados. Ahora, tendría que lidiar con algo mucho más peligroso que mocosos armando jaleo: adolescentes. Durante cuatro temporadas habíamos asistido al proceso educativo de los cuatro niños Scavo, y verlos mayores, casi adultos, además de curioso, resultaba incluso conmovedor, pues habíamos sido testigos de su crecimiento. La cosa empieza bastante bien: Porter y Preston son guapos, populares, rebeldes, y el matrimonio no se pone de acuerdo ante la política educativa a seguir. Todo esto suena a viejo, pero el punto de vista es totalmente novedoso: Tom admira a sus hijos porque representan algo que él nunca fue (recordemos que él era el pardillo que tocaba la tuba en la banda del colegio) y tiende a justificarles, y Lynette es incapaz de conectar con ellos emocionalmente (los chicos son fríos y distantes con su madre, pues representa la autoridad que les frena y controla) y ante la frustración, montará alguna de sus escenas para conseguir lo que quiere (el episodio del chat no es demasiado original, aunque sirve perfectamente para dar de manifiesto el problema de comunicación existente entre madre e hijo).


Las cosas no le habrían ido mal a Lynette si hubiera seguido estos derroteros, pero incomprensiblemente, los guionistas dan palos de ciego en busca de darle algo de sentido a sus tramas, cuando fácilmente podrían haber seguido exprimiendo la premisa de madre desesperada atormentada por hijos adolescentes. Preston, Parker y Penny tienen un papel testimonial durante toda la temporada y Porter consigue una trama con tintes de culebrón que sin embargo destaca como lo más interesante de lo todo que vendrá después. El hilo correspondiente al affair amoroso entre Porter y la madurita, pero atractiva, Anne Schilling podría haber sido un acierto si le hubieran dado el tratamiento adecuado. Hubiera sido interesante asistir a otro romance con notable diferencia de edad entre los enamorados (ya tuvimos a Gabrielle y a John en la primera temporada) pero esta vez seguido desde el punto de vista del joven apasionado que se deja engañar por alguien que lo usa como salvavidas. Sin embargo, prefieren colocarnos un embarazo ficticio, un marido malísimo, una trama judicial y una huída en menos de cinco capítulos. Los guionistas han olvidado que no necesitan giros rocambolescos o acontecimientos mega dramáticos para crear interés. En la primera temporada, Lynette se bastaba ella misma para capturar la atención de la cámara, sólo necesitaba meter a sus hijos en un colegio privado, terminar a tiempo una tirada de disfraces o defender a una sordomuda que ha sido insultada por su marido. Han olvidado lo que hacía grande a esta serie, lo que hacía que miles de amas de casa se sintieran identificadas con el personaje de Felicity Huffman: hacer de lo cotidiano lo excepcional. Eso es lo que Lynette necesitaba en esta quinta temporada para lidiar con sus hijos adolescentes, no acusaciones de asesinato. Sin embargo, como ya dije, toda esta trama es, tristemente, lo más interesante que le ocurre a Lynette durante el quinto año. Es más, en uno de los capítulos se llega a una situación muy destacable: Tom y Lynette sopesan las posibilidades de que Porter sea el responsable de la muerte de siete personas. Tom pregunta a su mujer qué deberían hacer. Ella responde, sin ningún tipo de temblor en la voz, que van a proteger a su hijo. Incluso si ha cometido la mayor de las atrocidades. Durante estos instantes, la serie vuelve a ser grande, vuelve a encontrar su esencia: Una madre que después de volver de hacer la compra en el supermercado es capaz de aceptar que su hijo sea un asesino. El mal viviendo tras grandes ventanales y casas impecablemente decoradas. Una ama de casa asegurándose de proteger dicho mal. Lástima que Porter sea declarado inocente a los dos minutos y todo se resuelva con un puñado de confeti en el aire.

Nada más destacable para Lynette, pese a que la trama de Porter con la justicia finaliza en el episodio doce de veinticuatro. Quizás, el conflicto que surge entre Lynette y Tom en una cena en la que ambos intentan desprestigiarse mutuamente para hacer méritos y conseguir un trabajo, que desemboca en un pildorazo de humor negro e incomodidad que no se veía desde que Bree soltó el famoso Rex llora después de eyacular: Tom dice acerca de Lynette que es una buena y eficiente trabajadora, con brillantes ideas. Siempre que no le vuelva el cáncer, claro.

A partir de aquí, nada de nada. Lynette vuelve a trabajar pese a que la peor cara de este personaje ya la vimos durante la segunda temporada, precisamente al animarse a volver al mundo laboral; y Tom viaja a los infiernos ofreciéndonos la versión más patética y desdibujada de sí mismo cuando anuncia con la boca bien abierta que quiere hacerse una operación de cirugía estética. Todo esto deviene en un cúmulo de sinsentidos cuya única finalidad es rellenar tiempo y poder finiquitar esta especie de proyecto de temporada que no tiene otra brillante forma de rematarse que con el anuncio de ¡gemelos! en un embarazo tan inverosímil como inverosímil ha sido ver la firma de Marc Cherry en cada uno de los episodios de este desastre audiovisual.

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miércoles, 9 de diciembre de 2009

Biografía de una Desesperada: LYNETTE SCAVO (4ª Temporada)



Si la tercera temporada se ve afectada por el embarazo de Marcia Cross, en esta ocasión, la huelga de guionistas hace estragos y la que podía haber sido la mejor temporada desde la primera, termina de forma precipitada e irregular. Si bien, es cierto que Lynette es la menos perjudicada, de nuevo, de entre el resto de desesperadas.

El surgimiento de un cáncer que amenaza con destruir su vida adulta, coincide también, con el regreso de otro cáncer que bien pudo haber arruinado su infancia: su madre. Propuesta interesante a todos los niveles no sólo por las posibles situaciones cómicas o los más que probables conflictos debido al choque de caracteres, sino también por las tremendas posibilidades que ofrece la aparición de un personaje que ha sido tan determinante para que Lynette sea como es hoy en día.
Stella Wingfield se emborrachaba, pegaba a sus hijas, se perdía las audiciones teatrales y cambiaba de pareja con cada puesta de sol. Lynette, como la mayor de tres hermanas, se vio obligada a madurar de forma precoz, a agarrar al toro por los cuernos y dar dos buenas voces para hacerse valer en cualquier ámbito. Los primeros episodios derivan entre el resentimiento de la hija y el intento de redención de la madre, que quiere comportarse como tal por primera vez en su vida. Así, durante los primeros ocho capítulos (los que abarcan la trama del cáncer), asistiremos a la progresiva reconciliación madre e hija y a la superación de la enfermedad. La presencia de Stella, finalmente, ha propiciado un puñado de buenos momentos (algunos impagables como el momento de confusión de bolsos durante el recital de Parker o el episodio de la marihuana en la fiesta de charadas) pero no ha sabido aprovechar del todo el gran abanico de posibilidades dramáticas que la interacción entre las dos podía ofrecer, ni ha sabido aprovechar la buena química que emanaba desde su primera aparición en el último episodio de la tercera temporada. Sí sirvió, por otro lado, para conocer a las hermanas de Lynette, en un simpático episodio cuyo único elemento destacable era el personaje de Lydia, la hermana menor y absoluto contrapunto de nuestra desesperada, en el que de nuevo todo quedó en la superficie, sin llegar a producir nunca verdadero espectáculo; o para conocer a uno de los padrastros, un señor simpático y de mirada angelical que sin embargo sólo sirvió para darle una salida facilona al personaje de Stella.

Hay que destacar de entre todo esto la forma en que el cáncer por fin es superado y Lynette vuelve a renacer en cierto modo. Todo tiene lugar durante el sexto episodio, el mejor de la temporada y uno de los mejores de la serie, en el que Lynette intenta por todos los medios eliminar a un topo que ha acampado en la propiedad y que amenaza la vida de su jardín, de su hogar, por asociación. Como metáfora del cáncer, la figura del topo amenazando la estabilidad de su familia es bastante simplona y cogida por los pelos, pero no se puede negar que es efectiva. Pues cuando Lynette descubre que el topo ha muerto justo después de recibir las buenas noticias (el cáncer se ha ido), y llora ante el cadáver del animal a la vez que le pide perdón, la magia es tal que la sensación de inverosimilitud desaparece por completo para dar lugar a una de las escenas más estremecedoras de la serie.

Tras la mencionada huelga de guionistas y proviniendo del famoso episodio del tornado, que culminaba con el cliffhanger más espectacular vivido en la serie, Lynette sufre un episodio de iluminación divina y necesita acudir a la iglesia para obtener respuesta a varias preguntas que rondan por su cabeza. Se ofrece en este capítulo un interesante duelo entre la necesidad del ser humano de conseguir explicación ante cuestiones que no logra comprender (encarnada en Lynette) y la fe ciega que se traga con papas todo lo que le cuentan, limitándose a rezar los avemarías necesarios por cada pecado porque eso es lo que hay que hacer (que es el caso de Bree). Después de todo eso se produce la vuelta de Rick a la serie, aunque esta vez el reencuentro sirve para poco más que crear algo de conflicto con el que rellenar episodios; y más tarde, la oportunidad para Kayla de recibir por fin la atención merecida, resolviéndose un conflicto que llevaba aparcándose bastante tiempo. Kayla siempre fue un personaje interesante, no sólo por encarnar a una niña diabólica, sino por tener un trasfondo dramático importante y por saber poner a Lynette en situaciones límite. Sin embargo, la resolución facilona de esta trama (largando a la niña y punto) supone una decepción no sólo por haberse optado por seguir el camino más simple, sino porque se traiciona la integridad de Lynette, quien había prometido cuidar a Kayla como si fuera su propia hija. Lo interesante hubiera sido asistir a los problemas que surgieran durante este proceso y a la evolución de la relación entre las dos. Por eso pienso que sacar a Kayla de la serie fue un error que dejó en muy mal lugar a Lynette, que si realmente hubiera considerado en tratar a Kayla como una más, jamás la habría largado de casa.

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martes, 8 de diciembre de 2009

Biografía de una Desesperada: LYNETTE SCAVO (3ª Temporada)


Temporada extraña y con altibajos, marcada por el embarazo de Marcia Cross y la ausencia de un misterio central durante la última tanda de capítulos. Sin embargo, cabe esperar que, dada la poca trascendencia que tienen las tramas de misterio en la vida de Lynette, dicha situación no afecte demasiado a su personaje. Esto se cumple sólo en parte.

Lo expuesto anteriormente provoca cierta inestabilidad en las tramas individuales y, ciertamente, al menos tres etapas sucesivas perfectamente diferenciadas en lo que concierne al personaje de Lynette: La evolución del tándem Nora-Lynette, la etapa de apertura del restaurante y la aparición de Rick como amenaza final hacia el matrimonio.

La presencia de la odiosa Nora supone un complemento perfecto para Lynette durante los primeros episodios. Dos personalidades explosivas que dan juego y propician situaciones muy divertidas. La tajante Lynette tiene que lidiar con una especie de kamikaze psicótica que supone una amenaza para su familia. El breve arco de episodios que abarca esta relación hubiera recibido el aprobado con limitarse a ofrecer situaciones disparatadas y mucha confrontación. Pero va más allá: la interacción es tan intensa que acaba por formarse un vínculo entre Lynette y Nora, que termina tras los emotivos y espectaculares acontecimientos del explosivo séptimo episodio (Bang!). Así, en uno de los capítulos intermedios, Nora espeta a nuestra desesperada:

Tom no te ha dicho nada porque eres el tipo de persona que dice “adelante” cuando alguien te cuenta que se piensa suicidar.

Resultaba que Tom odiaba el mundo de la publicidad, y Lynette recibe este jarro de agua fría sin otra opción que agachar la cabeza. Lynette necesita escuchar, comprender, cerrar la boca y considerar otros puntos de vista. Un intento de redención la llevará entonces a aceptar que Tom, en busca de un sueño para cumplir, regente una pizzería, pese a que desde el principio supo que la idea era terrible. Pero antes de que Lynette decida apoyar a su marido, renunciar a su carrera por segunda vez y pasar a ser pareja laboral y sentimental de Tom, tiene lugar una interesante sub-trama de pedofilia y problema social con ella de protagonista. Los tres episodios que abarca la mini historia del nuevo vecino, Art, son lo mejor que le ocurre a Lynette en esta temporada: La siniestra amenaza; la incierta sensación de peligro; la cuestionable tendencia de Lynette a remover cielo y tierra por y para lo que considera su causa; el abarque, aunque sea superficial, de los peligros que atañan las masas enfurecidas; y el oscuro y poderoso final que, a tono con la filosofía de la serie, demuestra que el mal suele vivir bajo luces de color, sonrisas encantadoras y camisetas de superhéroes.

Con esto, llega el momento de convertirse en empleada. Desde el principio, Tom deja muy claro que él es el jefe, hacer pizzas es su sueño y nadie se lo va estropear. El viaje de Tom hacia la crisis de los cuarenta aún no habrá culminado, aunque parezca que lo ha hecho. Ser un padre cariñoso y un marido atento (en ocasiones), dulce y considerado no le libra de estar poseído por unos demonios muy peligrosos. Un hombre que no es especialmente bueno en nada (nunca pareció detestar la carrera de publicidad hasta que quedó más que demostrado que su esposa tenía mucho más talento que él), ni siquiera para quedarse en casa con los niños, y que se ve atrapado hasta sentir la necesidad de marcar su territorio ante una mujer en principio intelectualmente brillante y de carácter dominante, visceral y acaparador.

La aparición de Rick como encarnación tangible y personificada de todos los problemas acumulados es la manera perfecta de rematar la trayectoria seguida por esta pareja durante la tercera temporada. Lynette se ha visto obligada a renunciar a demasiadas cosas por Tom y a sacrificarse por el bien común. Ha cedido también a varias cosas que no estaban planeadas: A ser madre, a ser ama de casa, a ser camarera en una pizzería.

Hay matrimonios que están hechos para durar, decía Gabby Solis acerca de Tom y Lynette. Todos lo dábamos por sentado. Sin embargo, la aparición de Rick hace que se tambaleen los cimientos mismos sobre los que se consolidaba la serie: Tom y Lynette como ejemplo de matrimonio unido y trabajo en equipo. Nada ni nadie es perfecto, y mucho menos lo son Thomas y Lynette Scavo.

Con la aparición del cáncer, los problemas que se han ido arrastrando se dejan a un lado para luchar contra un enemigo mayor. Esto le da un lavado de cara importante a la pareja de cara a la siguiente temporada, una renovación absoluta y novedosa para las tramas de la grandísima Lynette Scavo. Con esta revelación, y con la aparición en la season finale de Stella Wingfield, la carismática madre de Lynette, concluye esta tercera temporada.

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lunes, 7 de diciembre de 2009

Biografía de una Desesperada: LYNETTE SCAVO (2ª Temporada)


Como dije, interesante premisa. Si en la primera temporada nos enseñaron la faceta de Lynette como madre, en esta nos enseñan su faceta como mujer trabajadora. Pero pronto comprobamos que la maternidad ha hecho mella y que nunca volverá a ser esa mujer segura de sí misma e implacable de antaño.

Encuentro dos problemas en esta nueva Lynette:

- El peso de la madre que conocemos es demasiado grande. Las tramas en las que ver a una Lynette profesional que se enfrenta a retos y hace méritos en la empresa escasean, en favor de nuevas vueltas de tuerca a las ya conocidas tramas familiares. Lynette siente la necesidad de volver a ese mundo del que proviene (el hogar, la familia) y alejarse del mundo malo, oscuro (el trabajo), que quiere retenerla.

- Se ve rodeada de secundarios simplones como la antipática Nina o el prácticamente infante Ed, cuya única misión es ejercer de “villanos” que se interponen entre ella y su familia. No proporcionan situaciones interesantes en ningún momento o episodios destacables de ese humor negro y esa mala leche que caracterizaron a la primera temporada. Quizá despunte el episodio protagonizado por aquella trabajadora que continuaba amamantando a su hijo aún después de los cinco años. Hubiera apreciado la inclusión de más tramas de este tipo que agilizaran el relato en la oficina, a veces tedioso y con puntos de atención intermitentes.

Sí me parece acertado, por otro lado, el cambio que se produce en Tom y Lynette como matrimonio. Si en un principio Tom nos sorprende con una actitud responsable y generosa cuando anima a su mujer a volver trabajar, a medida que la temporada transcurre, dicha generosidad irá transformándose en resentimiento e inmadurez. Una inmadurez que se hará más latente a medida que avance la serie. Tom se siente atrapado en casa, tal y como se sentía ella, pero en vez de enfrentarse al problema, huye de él, intenta zafarse. La situación devendrá en ellos dos trabajando juntos con desafortunados resultados y culminará con la sospecha de que él se está acostando con otra.

Buena idea la de guardarse el as (revelar el secreto que Tom guardaba desde la primera temporada) hasta el final de temporada, por efectivo y por capacidad para romper expectativas. Así, una vez terminada la temporada, la premisa establecida para el siguiente año viene dada por la presencia de una nueva hija (hijastra en el caso de Lynette) y la madre de dicha niña (insoportablemente gritona y fuera de sí), y la vuelta a los problemas familiares con los primeros tintes importantes de culebrón de fondo (la otra mujer, la hija secreta), que por otro lado no llegan a molestar todavía.

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domingo, 6 de diciembre de 2009

SKINS. Serie de adolescentes para adultos



Enero de 2007 fue el mes de Skins, la sorpesa del año en Gran Bretaña, propuesta rompedora como pocas que automáticamente gozó del beneplácito del público y de la crítica. Transgresora, provocativa y dura. Muy dura. Sin precedentes en esto del género teen. Jóvenes perdidos, desamparados, víctimas de sí mismos y de sus progenitores, promiscuos, narcisistas, adictos al sexo, adictos a las drogas, felices y muy, muy infelices. Los vemos naufragar, levantarse, volver a tocar fondo.

Skins no es una serie de adolescentes al uso. Sólo hay que escarbar un poco para comprobarlo:

Primero, su apabullante puesta en escena, exquisita y sobria fotografía. Antológico el comienzo del segundo episodio, en el que la enigmática Cassie abre los ojos rodeada de desorden, suciedad, y restos del caos residual de lo que seguro fue una pasadísima noche de fiesta, con una imagen tratada de forma casi poética acompañada de un motivo musical sesgado y sereno, la calma después de la tormenta, francamente precioso.

Segundo, su forma de contar la historia. Aparte de las relaciones que se forjan o evolucionan, no hay un hilo argumental nítido que hilvane los diferentes capítulos y los conduzca a un final. Los episodios se basan, casi en un noventa por ciento, en dotar de profundidad a sus personajes, un perfecto caso de la intriga al completo servicio de los caracteres. Cada nueva entrega está protagonizada por uno solo de los personajes, durante la cual, observamos el mundo desde un punto de vista único, fundiéndonos con el personaje hasta llegar a un punto casi catárquico. Así, cada nuevo capítulo es completamente diferente del anterior, en estilo y forma, en sensaciones a transmitir, en ritmo o colorido. Cabe considerar el posible handicap de encontrarse con un episodio protagonizado por un personaje que no goce de nuestra simpatía, sin embargo, rara vez se produce el completo rechazo gracias a encontrarnos con personajes tan complejos que sería difícil no encontrar una sola cualidad que nos agrade.


Y la tercera pasa por volver a destacar a unos personajes mucho más vivos y creíbles, pese a las situaciones límite y disparatadas que en muchas ocasiones se ven envueltos, que la mayoría de dramedias para adolescentes; un reparto espectacular, acorde con las edades de los personajes interpretados; y un enfoque adulto insólito. Aquí no tienen cabida el sentimentalismo barato, la enésima relación inventada porque no se sabe qué hacer, a pesar de que los personajes relacionados tengan cero de química; o los giros de guión rocambolescos y desentonantes que tanto gustan en los dramas.

En resumen, un relato oscuro y serio, aunque desenfadado y divertidísimo a veces, quizás abusando de la aparición de los llamados freaks que enloquecen la acción, y un auténtico desfile de padres irresponsables o directamente bochornosos, como también, quizá, abusivo recurso para contextualizar el desarraigo de los personajes protagonistas. Una serie muy cinematográfica, en fastículos de cincuenta minutos de duración, con, quizá, temporadas demasiado breves (8-9 capítulos). Aunque ya conocen el dicho.

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viernes, 4 de diciembre de 2009

Biografía de una Desesperada: LYNETTE SCAVO (1ª Temporada)


Una agresiva publicista con una carrera en imparable ascenso, se ve, de la noche a la mañana, atrapada en casa con cuatro hijos. La que implacablemente arrasaba en cada presentación, la que contundentemente convencía al cliente de que sabía lo que necesitaba, ahora se ve incapaz de controlar a cuatro mocosos.

Según declaraciones de Marc Cherry, creador de la serie, la idea de hacer Mujeres Desesperadas surgió cuando, después de que las noticias hablaran del caso de Andrea Yates, una mujer que había ahogado a sus hijos en la bañera por ser incapaz de soportar el peso de la maternidad, su propia madre confesara entender a la asesina.

El sagrado concepto de la maternidad es constantemente revisado a través del personaje de Lynette, ya desde el episodio piloto. Así, cuando la agobiada ama de casa se encuentra con una antigua colega en el supermercado, quien le pregunta acerca de sus sentimientos con respecto a la maternidad, Mary Alice, poniendo voz a los verdaderos sentimientos de Lynette, declara:

Y ahí estaba, la pregunta que siempre temía. Para el que la realizaba, no había otra respuesta posible. Así que Lynette contestó como siempre, mintiendo: "Es el mejor trabajo que he tenido".

Ser madre es serio. Es duro, muy duro. Siempre suele enseñarse la cara bonita, los preciosos vestiditos y los primeros dientes de leche. Que los hijos son regalos caídos del cielo. Pero una mujer tan desesperada como para abandonar a sus retoños en la cuneta porque no es capaz de hacer que se comporten en el coche, es muy consciente de que hay días en los que le gustaría poder devolverlos. Sí, ser madre es duro. Más si tienes cuatro hijos de menos de seis y tu marido nunca se encuentra en casa. Además, Lynette tampoco tiene un referente: su propia madre les brindaba palizas a ella y a sus hermanas entre copa y copa. Esto deviene en que jamás se atreva a tocar a sus hijos y en graves problemas de autoridad por miedo a repetir los errores de su madre.

Problemas de autoridad para una mujer que, en el mundo de los adultos, es incapaz de dejar de impartir justicia. Nunca tiene miedo a montar una escena, siempre es tajante en sus opiniones y a veces necesita entender que no todo es blanco o negro. Para imponer lo que ella piensa que es correcto no dudará en manipular (a terceras personas para impedir que su marido consiga un ascenso que le alejará aun más de casa), en entrometerse (en la vida sentimental de una pareja en la que ella, sordomuda, es ridiculizada en público por él, que se aprovecha de su minusvalía), o encararse (con una estirada e hipócrita madre -que ejemplifica perfectamente la doble moral americana- escandalizada ante la perspectiva de que los niños puedan sufrir por el final "violento" del clásico cuento de Caperucita Roja). Episodios exagerados e histriónicos que congenian a la perfección con el tono de la serie.

Toda esta situación de hijos incontrolables en casa, en contraste con el recuerdo de su exitosa vida como mujer trabajadora, deviene en un sentimiento de frustración muy peligroso. Se convence a sí misma de que es mala madre (a lo que ayuda su obsesión por compararse con el resto de madres que la rodean) y esto la lleva a tomar muy malas decisiones, entre las que destaca el magnífico e hilarante episodio de adicción a las pastillas de sus hijos. Este círculo de impotencia y envidia mal sana hacia el resto de familias la llevan a la errónea conclusión de que todo vale con tal de conseguir algo de estabilidad, aunque sea otorgada en pequeñas píldoras, como las clases de yoga. Esto se corresponde con uno de los episodios más turbios en la biografía de Lynette, que consiste en hacer creer a la recepcionista de la siempre llena guardería de que se hijo tiene un cáncer, aprovechando un reciente y necesario rapado al cero. Me imagino las voces moralistas alzando la voz ante lo que calificarían como un acto incorrecto y mezquino, y en el que yo vel la actuación de una mujer total y completamente desesperada que necesita seriamente un descanso.

Y más o menos, ese es el rol de Lynette durante la primera temporada. Peleará con y por sus hijos, se hará adicta a las pastillas para que los gemelos no sean expulsados de una obra teatral (en la que interpretan a un par de árboles), intentará mantener a su marido cerca y se sentirá amenazada por la presencia de una compañera de Tom que ejemplifica todo lo que ella fue y dejó de ser. Todo para que las tornas terminen cambiadas tras una interesante premisa: En la segunda temporada, Lynette volverá a trabajar, y será su marido, Tom, el que se ocupe del cuidado de los monstruitos.

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martes, 10 de noviembre de 2009

Citas de Series: Anatomía de Grey


"This is not a good day. All right? So why don't you just... shut up?
Shut up!"
(Addison Montgomery - 3x22. The other side of this life)
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sábado, 10 de octubre de 2009

Citas de Series: Anatomía de Grey


"You have to do this for me, or I'll never be able to forgive you!"
"For dying?"
"No! For making me love you! Please, do this for me..."
(Izzie & Denny - 2x25. 17 seconds)
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lunes, 31 de agosto de 2009

Citas de Series: Mujeres Desesperadas


"Rex cries after he ejaculates."
(Bree Van de Kamp - 1x03. Pretty Little Picture)
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martes, 18 de agosto de 2009

¡Qué nadie duerma!



Hay obras, creaciones, que son gigantes. Que te hacen sentir pequeño e insignificante, que te hacen querer ser mejor, simplemente para llegar a estar a la altura de poder disfrutarlas con plenitud de derechos.

Hay obras que, a pesar de todo, duele contemplarlas, sentirlas. Parece mentira que hayan nacido de unas manos iguales a las tuyas, unos sesos, que al final, obviamente, resultan no ser iguales a los tuyos.

Existe una ópera, Turandot, de Puccini, que por supuesto, para los entendidos será como la primera lectura, las vocales, los cimientos básicos, mínimos, indispensables. Yo no soy ningún entendido. Sólo quisiera decir que escuchar Nessun Dorma me hace querer ser mejor persona. Escuchar a Pavarotti me hace querer ser mejor persona.

La bella y malvada Turandot, decapita a todos sus pretendientes si no logran resolver tres acertijos. Sin embargo, una noche, el príncipe Calaf la derrota y la desafía a averiguar su nombre antes de que llegue el alba. Furiosa, Turandot prohíbe a nadie dormir hasta que el nombre no sea desvelado y Calaf canta arrogante, seguro de que los esfuerzos de la princesa serán en vano y celebrando la victoria del amor sobre el odio.

Por supuesto. Por supuesto que vencerás.

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domingo, 2 de agosto de 2009

Citas de Series: Anatomía de Grey


"Pick me. Choose me. Love me."
(Meredith Grey - 2x05. Bring the pain)
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viernes, 26 de junio de 2009

Snow Patrol - Open Your Eyes


Snow Patrol
es una banda de rock alternativo de origen escocés que cuenta con cinco discos en el mercado. Siempre han gozado de éxito en Gran Bretaña o Estados Unidos, pero quizá ha sido con la publicación de su cuarto álbum, Eyes Open, y su participación en la serie Grey's Anatomy con el tema Chasing Cars, cuando han logrado fama y reconocimiento mundial.

Su música responde a esa proliferación de sonido BritPop imparable, que está muy bien, pero que a veces cuesta distinguir a unos grupos de otros. No es el caso de Snow Patrol. La voz dulce y triste de Gary Lightbody y la espectacularidad instrumental son dos de sus sellos distintivos. Arriba os dejo uno de los temas que mejor ejemplifican esto que digo. Se trata de una canción emocionantísima de inconmensurable magnitud sonora y un clímax final magníficamente alargado, inagotable y agotador.

PD: Este tema también puede escucharse en uno de los episodios de Grey's Anatomy, concretamente, el 3.02 - I'm a tree.

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martes, 19 de mayo de 2009

Agatha Christie. La reina del crimen


Me declaro fan absoluto de la denominada novela negra o de intriga. Rompecabezas imposibles, escenarios tenebrosos, personajes que son eliminados uno por uno... Formar parte de semejante aventura durante el proceso de lectura supone un viaje que me ha fascinado durante tanto tiempo que quizá lleve razón la voz que me dice que he dejado de lado otros géneros. Sigo haciéndolo.
Me gustaría ahora, reproducir unas palabras de Jose Luis Borges con las que me topé leyendo un prólogo escrito por Clara Usón para la novela Muerte en la Vicaría, de Agatha Christie:

"No soy, por cierto, de los que misteriosamente desdeñan las tramas misteriosas. Creo, al contrario, que la organización y aclaración, siquiera mediocres, de un algebraico asesinato o de un doble robo comportan más trabajo intelectual que la casera elaboración de sonetos perfectos o de molestos diálogos entre desocupados de nombre griego".

No soy yo de esos tampoco, por supuesto. Aunque tampoco me atrevería a llegar tan lejos como lo hizo el escritor argentino con sus palabras. Sólo le recomendaría a aquellos que consideren a la novela negra como un género menor, que leyesen las obras que a continuación voy a recomendar.

Pero antes, vamos a centrarnos. Estábamos hablando acerca de la novela negra. Y por supuesto, no se puede uno referir a este género literario sin nombrar a la reina del crimen: Agatha Christie. Más de medio centenar de obras publicadas, varias de ellas llevadas al cine (algunas en más de una ocasión), adaptaciones teatrales (la ratonera lleva exhibiéndose ininterrumpidamente en Londres durante más de cincuenta años) y un largo etcétera de éxitos fructíferos. Agatha Christie es la autora más vendida de la historia después de William Shakespeare. ¿El secreto de su éxito? La seductora red de enredos y artimañas que teje con cada novela.

Hace un par de años realicé un trabajo de literatura que consistía en leer cinco novelas de determinado género o autor y a partir de ahí, rellenar folios. Supongo que después de tanto tiempo no pasará nada si revelo que hice trampas y que los cinco libros que seleccioné ya me los tenía leídos de sobra. Es más, no puedo poner ahora en pie cuantas obras de Christie he devorado, pero creo que no sería una insensatez por mi parte decir que han sido más de veinte. Todo esto viene a que los cinco libros que seleccioné para "leerme" y hacer mi trabajo, fueron los cinco de los que voy a hablar ahora. Porque considero que son los más representativos de su bibliografía.

Pero antes, hay que presentar a los dos personajes clave, frutos de la imaginación de la escritora, que nos acompañan durante sus novelas, investigando, revelando datos, proporcionándonos la solución a un enigma que nuestra mente es incapaz de decifrar:



Hércules Poirot: Es un oficial de policía belga ya retirado. Se caracteriza por tener una cabeza en forma de huevo y por su gran bigote. Este peculiar detective ha protagonizado más de treinta novelas y resuelto varios casos más si contamos con los relatos cortos que se han ido recopilando en diferentes volúmenes. Poirot se caracteriza por tener un excéntrico carácter y por su enorme ego. Pone de manifiesto sin pudor alguno su sentimiento de superioridad ante los demás y aunque a lo largo de algunas novelas llega a reconocer hallarse en un callejón sin salida, al momento de aceptar un caso no duda de su capacidad para resolver el crimen.

Miss Marple: Solterona británica, residente en la aldea de St. Mary Mead. No es detective, pero siempre tiene éxito donde la policía falla. Usa su instinto y su conocimiento de la naturaleza humana para resolver enigmas. Aparece por primera vez en el ya mencionado libro Muerte en la Vicaría, a partir de entonces, protagonizará más de quince novelas. Se caracteriza por ser una ancianita bastante entrometida y cotilla, que tiene un olfato súper desarrollado para oler problemas.

El modus operandi de cada uno es bastante diferente entre ellos. Es más, las obras de Poirot suelen tener una estructura bastante diferciada a las de Miss Marple:

Estructura de las obras de Poirot:

-Se produce un asesinato.
-Aparece Poirot
-Investigación del crimen
-Poirot reúne a todos los sospechosos para revelar la solución del enigma ante todos ellos.

Estructura de las obras de Miss Marple:

-Asistimos a un día en la vida de Miss Marple
-Ocurre algo que hace que ella investigue
-Normalmente, se descubre que hay un crimen del pasado que ha quedado sin resolver
-Miss Marple descubre quién fue el asesino y va a por él personalmente

El uso bastante reiterado de esta estructura puede provocar cierto cansancio en el lector ya habituado a su literatura. Sin embargo cada libro proporciona unos ingredientes lo suficientemente jugosos para que la lectura atrape de nuevo. He de admitir que aunque prefiero al personaje de Miss Marple (Poirot me parece un poco cargante y llega a sacar de quicio), ha sido al detective belga a quién le ha tocado protagonizar las mejores novelas.


Ahora sí, las cinco obras seleccionadas por mí. No son necesariamente mis favoritas, pues sí tuviera que hacer un Top cinco, eliminaría de la lista a el Misterioso caso de Styles y añadiría Muerte en el Nilo o Se anuncia un asesinato, por ejemplo, pero como dije, creo que son las más representativas del estilo de la autora y de su evolución a lo largo de los años.

El misterioso caso de Styles (1920). Fue el primer libro publicado por la autora. En él, una anciana ricachona muere envenenada en su mansión y su joven y reciente marido se convierte en el principal sospechoso. La historia está narrada en primera persona por Hastings, acompañante de aventuras de Poirot y que hace las veces de Watson en las novelas de Christie. Cómo suele ocurrir en el género, los personajes de la novela no están demasiado explorados y se convierten en meros peones del juego que se irán eliminando poco a poco de la partida. La importancia de la novela no está, como digo, en el carisma o personalidad de unos potenciales personajes, sino en la trama, la intriga, el entramado de giros y sorpresas inesperadas. Sí se desvelan, sin embargo, detalles del carácter de Poirot, que es descrito por el narrador de forma casi idólatra, llegando a resultar en ocasiones, irritante. Por otro lado, es cierto que me pareció que la trama avanzaba con cierta lentitud, para presentar un final cargado de revelaciones y datos, quedando una conclusión un tanto confusa.

El asesinato de Roger Ackroyd (1926). Esta obra supuso el primer éxito importante de la autora. En ella, Roger Ackroyd es asesinado en su estudio, apuñalado por la espalda. Se trata de la tercera muerte sospechosa en el pueblo de King's Abbot. De nuevo, la novela está narrada en primera persona, pero esta vez, la autora se libra del entusiasta punto de vista de Hastings para emplear el de un habitante del pueblo dónde sucede la acción y que es testigo de todo el proceso de investigación. Poirot, puede que gracias a la supresión del personaje de Hastings, ahora resulta menos pedante, aunque su gran concepción de sí mismo sigue intacta. Los personajes tienen un mayor transfondo psicológico y se introducen algunos caractéres secundarios que no están relacionados con el crimen sino que sirven como apoyo psicológico para conocer la personalidad de los protagonistas. Sirve de ejemplo el personaje de Caroline Sheppard, por la que la autora declaró sentir gran cariño. Noté bastante más agilidad en el relato, proporcionando los datos necesarios para la resolución del crimen en cómodas píldoras y sin embargo, brindando un espeluznante e increíble final con un método y estilo que posteriormente sería copiado hasta la saciedad. También estamos ante una de las primeras novelas en las que se da una situación muy carácterística en las obras de Christie: los personajes se toman la justicia por su mano.

Asesinato en el Orient Express (1934). El Orient Express se encuentra bloqueado a causa de la nieve, por lo que los pasajeros no pueden abandonar el tren. Entonces, uno de ellos se encuentra asesinado salvajemente a base de puñaladas. Esta es la premisa de una de las mejores novelas de Agatha Christie. Esta vez, la acción es narrada en tercera persona por un narrador omnisciente e imparcial, proporcionándonos datos totalmente objetivos del rompecabezas, planteándonos un ejercicio de ingenio y agudeza mental casi imposible de descifrar a priori, y cuyo desenlace impactará al lector sin importar su familiaridad con el género o con las obras de la autora. Pese a esto, si se le brinda una segunda lectura a la novela, uno se da cuenta de que Christie ha proporcionado todos los datos necesarios para que el lector resuelva el crimen por sí mismo, convirtiéndose en un detective más, pero que a pesar de todo, fracasará en su elección del asesino. El relato adquiere una agilidad increíble basado en un sistema exclusivo de entrevistas con los sospechosos en los que se limitan a ofrecer su versión de los hechos. De nuevo, en esta novela, al final, los protagonistas se toman la justicia por su mano.

Diez Negritos (1939). Esta es para mí, la novela más lograda de Agatha Christie. La más oscura y visceral, y una de las señas identificatorias. En ella, diez personas son invitadas a pasar unos días a la isla del negro. Pronto empiezan a ser asesinadas una una de forma parecida a la relatada por una canción de cuna: Los diez negritos. De nuevo, los hechos son relatados por un narrador omnisciente en tercera persona, pero esta vez, este narrador se adentra en la mente de los personajes y nos transmite sus sentimientos y emociones dando lugar a unos de los personajes más trabajados y tridimensionales de toda la bibliografía de la autora. La novela adquiere un ritmo endiablado a partir del primer asesinato y además se enriquece de recursos narrativos tales como el flashback, cuyo uso nos permite conocer hechos pasados de los protagonistas, para así entender sus acciones en el presente. De nuevo, Agatha Christie nos proporciona un final increíblemente sorprendente, a la altura de las expectativas de los lectores más exigentes.

Telón (1975). En Telón, Christie nos relata el último caso de Hércules Poirot, que inválido y a las puertas de la muerte, invita a su amigo Hastings a pasar unos días en Styles, lugar donde resolvieron su primer caso juntos, ahora convertido en una hospedería. La despedida de Poirot se produce en el mismo lugar dónde comenzaron sus aventuras. Hastings vuelve a ser su acompañante y vuelve a ser el narrador de la obra, aunque esta vez, la novela está mejor estructurada y no hay ningún bajón de ritmo. Después de tantos casos, la autora tenía difícil proporcionarle a Poirot un final a la altura sin volver a repetirse a sí misma. Sin embargo, lo logra completamente. Telón se trata del último rizo del rizo. Es una obra increíblemente compleja que necesita de un epílogo explicativo de más de cincuenta páginas que nos aclare la historia. Puede que haya listillos que presuman haber adivinado quién era el asesino en alguna qué otra obra (sé de alguien que dice haber acertado el de Asesinato en el Orient Express, aunque yo sigo sin creérmelo), pero en Telón es completamente imposible. Christie se saca un as de la manga tan imprevisible que cualquier afirmación contraria carece de toda credibilidad.

Aquí concluye mi pequeño acercamiento a la obra de esta grandísima escritora. Espero que la lectura haya resultado amena a cualquier tipo de lector que se haya animado a efectuarla. Un saludo a todos y espero poder publicar pronto de nuevo.

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jueves, 7 de mayo de 2009

Radiohead - Creep



Para no perder el ritmo dedicaré otro breve post a la banda más creativa de los noventa. Si en la entrada anterior hablamos acerca de uno de los sencillos que componen su magnífico último disco, esta vez, os traigo uno de los temas que más han significado para mí, porque gracias a él, (supongo que como muchos otros) descubrí a estos genios.

Creep fue el tema con el que obtuvieron un éxito repentino en Estados Unidos mientras que en Gran Bretaña era retirado de las radios por ser considerado como muy depresivo. A partir de una gira norteamericana y de la promoción de Pablo Honey -primer disco de la banda y en el que se encuentra el tema que nos ocupa- que duró casi dos años, su popularidad creció de manera internacional.

Quizás sea cierto que Creep ha quedado eclipsada por la cantidad y calidad de temas que la banda a publicado a lo largo de su enormemente prolífica carrera, pero para mí, a día de hoy, sigue teniendo algo especial que la hace absolútamente única. Ese patetismo romántico que se hace tan tristemente identificable, ese halo místico que se traspasa con cada escucha y que siempre está presente es demasiado grande como para que el tiempo lo deje atrás.

Con todos ustedes, honestidad abrumadora, cariño, sensibilidad, tristeza, romanticismo, ternura y tinieblas. Con todos ustedes, Creep.

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martes, 28 de abril de 2009

Radiohead - Nude


Sé que hablar de este grupo justo después de dedicarle un post a Labuat es motivo suficiente para terminar ardiendo en el infierno, pero bueno, espero ser perdonado el día del juicio final.

No voy a intentar calificar a Radiohead ni describir su música porque no estoy a la altura y no podría encontrar palabras que mínimamente pudieran hacerles justicia. Simplemente, os dejo la canción más estremecedora, brutal, demoledora, destructiva y a la vez emotiva y bella que he escuchado en muchísimo tiempo.

Nude es un sencillo perteneciente al último disco de estudio de la banda -In Rainbows-. Un álbum llamado a hacer historia debido a su particular método de distribución: Fue lanzado inicialmente en octubre del 2007 como una descarga de archivos de internet en la que el usuario elegía el precio a pagar (incluso podía elegir descargarlo gratis). Más tarde, el disco fue editado en formato físico bajo el sello discográfico XL Recordings, obteniendo muy buenas cifras de ventas.


Te irás al infierno por lo que tu sucia mente está pensando

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lunes, 27 de abril de 2009

Labuat - Soy tu Aire



El nuevo nombre de Virginia Maestro es pretencioso y la portada de su disco hortera. El despegue susurrante del tema con declaración pomposa (soy del aire, soy del agua...) pueden llegar a dar grima. Pero creo que hay que darle a la canción al menos una escucha completa.

La letra es tonta y cursi, pero no es el desastre que se ha comentado. La instrumentación es bonita y majestuosa y la voz de Virginia dulce y sugerente. (Aunque en las estrofas cuesta entender qué es lo que está diciendo). Creo que "Soy tu Aire" es una propuesta arriesgada y original que puede llegar a gustar más a medida que el número de escuchas va en aumento.

Parece existir una especie de prejuicio que consiste en restar credibilidad a opiniones afines a productos salidos de panoramas tan podridos como el de Operación Triunfo. El disco de Labuat me parece de un nivel aceptable y una propuesta lo suficientemente meritoria como para reconocerlo. Sí, "Soy tu Aire", me gusta.

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miércoles, 22 de abril de 2009

Anatomía de Grey: Diseccionando corazones y almas



Después de Perdidos y Mujeres Desesperadas, es el momento de hablar de Anatomía de Grey, otra serie emitida por el canal americano ABC y que también inició sus andaduras durante la temporada televisiva 2004-2005.

Tras el rotundo éxito de las dos series anteriormente mencionadas, la cadena norteamericana encargó la producción de una nueva serie capaz de repetir dicho éxito. Pese a la dificultad inicial de cumplir con esta premisa, Anatomía de Grey no ha bajado de los diez programas más vistos desde su estreno hace cinco años. Convirtiéndose en el buque insignia de la cadena, la serie ha llegado a ser el programa de ficción más visto en Estados Unidos en algunas ocasiones, por delante incluso de la todopoderosa franquicia CSI.

Comencé a ver esta serie después de que consiguiera obtener cierto éxito en sus emisiones por el canal de televisión Cuatro. Algunos capítulos sueltos me sirvieron para notar que me encontraba ante una serie fresca y divertida, con grandes dosis de un humor muy personal que en ocasiones llega a se r incluso disparatado. No fue hasta que me topé de bruces con el episodio de cierre de la segunda temporada cuando me di cuenta de que estaba ante algo realmente muy bueno. Y cuando al cabo de pocos meses (pues decidí pasar a la vía rápida y descargarme algún capítulo por internet), disfruté de la magnífica, elegante, emocionante y preciosa season premiere de la tercera tem porada, con notable moraleja final incluída, acabé rendido a sus pies. No dudé un segundo en que debía volver hacia atrás y descargarme todos los episodios que me había perdido para poder disfrutar de esta serie desde el principio.

Anatomía de Grey es todo corazón. Todo emociones. Emociones magnificadas que traspasan la pantalla, que llegan a instalarse en tu propio corazón hasta que llegas a sentir como propias. Es un vistazo al alma, es abrir un hueco sobre la piel de una persona y asomarte para contemplar el interior. Es sentarte ante la pantalla y disfrutar, reír y llorar. Porque si hay una serie efectiva a la hora de hacerte saltar esas dos lagrimitas, esa es Anatomía de Grey. Historias personales (tanto de pacientes como de médicos) en las que te involucras e implicas de forma visceral. Y es por eso por lo que no es simplemente otra serie de médicos. Ni una serie en la que todos se lían con todos. Ni una en la que lo único que importa son los escarceos amorosos de los protagonistas (estas han sido algunas de las críticas con las que más fuerza e injusticia ha sido atacada). El número de emo ciones y sentimientos que desprende cada capítulo es casi infinito, y aunque el amor tiene un papel muy importante en la serie (qué sería de Anatomía de Grey sin este sentimiento...), no es lo único ni lo más importante.

Cada capítulo comienza con un prólogo narrado por la protagonista, Meredith Grey, en el que expone sus propias reflexiones sobre la vida y la muerte, y sus aprendizajes sobre ambos aspectos a lo largo de toda la serie. Y es este otro de los aspectos que más me fascinan de la serie: su protagonista. Casi por sistema, siempre he sentido cierto rechazo hacia los llamados protagonistas (Jack de Perdidos, Kimi y Valle de Compañeros (xD), Dawson de Dawson crece...), sin embargo, Meredith Grey me enamoró desde el primer momento, y esto fue así porque es un personaje diferente, y más aún, una protagonista totalmente atípica. Meredith es una mujer atormentada, oscura, incomprendida e incomprensible. Difícilmente, el espectador podrá encontrar algo con lo que identificarse con ella, difícilmente podrá entender sus acciones y sus reacciones, puesto que en más de una ocasión, la propia Meredith ha manifestado no entenderse a sí misma. Es un personaje arriesgado, y no en vano despierta antipatía entre muchos de los seguidores de la serie. Sin embargo, intentar conocer a esta doctora, intentar comprender su personalidad ha supuesto uno de los estímulos más satisfactorios derivados del seguimiento de este programa.

Pienso que hay dos formas de ver Anatomía de Grey: La primera, superficial y pasiva, limitándose uno a ver el capítulo sin implicarse en exceso, sintiendo cierta angustia ante la perspectiva de que el paciente viva o muera y llevándose una desilusión cuando su pareja favorita termine la relación. La segunda, es intentar descifrar todos los significados, comprender qué está pasando por la cabeza de los personajes, qué significan sus acciones o qué supone para ellos involucrarse más o menos con determinados casos médicos. Todo un ejemplo de lo que digo es la segunda tem porada en sí misma, la mejor y una auténtica maravilla en lo que a transmitir emociones se refiere. Durante esta temporada, todos los casos medicos son en realidad, una metáfora de lo que ocurriría si Grey se postrara sobre una de las camillas del hospital y el resto de doctores la abriera en canal y observara qué diablos ocurre ahí. Cada paciente materializa la emoción que Grey está sintiendo en ese capítulo, de ellos aprende y apartir de ahí sus reflexiones comienzan a fraguarse, para terminar siendo transmitidas a modo de epílogo al final de cada capítulo.

Pero no todo en esta serie se limita a Meredith Grey. El Seattle Grace (hospital donde transcurre la acción) está pla gado de personajes entrañables e irritantes a partes casi iguales, originales y auténticcos, encabezados por los que a continuación voy a presentar:


- Meredith Grey (Ellen Pompeo): Como ya he dicho, protagonista de la serie y punto de vista canalizador de todo lo que acontece. Una mujer compleja y atormentada por motivos que no parecen realmente importantes. Al comienzo de la serie es una interna recién licenciada en medicina que inic ia su periodo de prácticas en el Seattle Grace.

- Dereck Shepperd (Patrick Dempsey): El famoso doctor macizo o McDreamy. Para mi gusto, es de los pocos personajes que se han vuelto más interesantes a medida que avanzaban las temporadas y no al revés. Egoísta y con un ego bastante desarrollado. Adjunto en el hospital y especialista en neurocirugía. Su relación con Meredith (no es un Spoiler, en la primera escena del piloto ya están enrollados) es el pilar romántico de la serie.

- Christina Yang (Sandra Oh): Interna en el Seattle Grace, compañera de Meredith. Increíblemente ambiciosa, constante y luchadora. Llega a resultar fría ya que parece que careciera de emociones. En algunos momentos de la serie puede parecer inhumana y a menudo es comparada co n un robot.

- George O'Malley (T. R. Knight): Al igual que Meredith y Christina, al comienzo de la serie es interno en el Seattle Grace. Inseguro, tímido e ingenuo. No es tomado en serio por nadie y la mayor parte del personal duda de que llegue a convertirse en un buen médico. Se siente invisible la mayor parte del tiempo y eso le hace convertirse en una persona frustrada.

- Izzie Stevens (Katherine Heigl): Interna en el Seattle Grace. Dulce y angelical, los pensamientos negativos simplemente no existen en su cabeza. Tremendamente optimista, se involucrará en exceso con algunos pacientes. Esto hará que su inocencia sea quebrantada.

- Alex Karev (Justin Chambers): Interno en el Seattle Grace. Cínico, manipulador y rastrero. Es capazd de la peor treta para hacerse con una cirugía. Sin embargo, bajo esta fachada se esconde un hombre mucho más sensible de lo que aparenta.

- Miranda Bailey (Chandra Wilson): Residente en el hospital, encargada de la instrucción de los cinco internos. Es una mujer dinámica, enérgica, de voluntad férrea y de temible carácter. Sin embargo, posee un c orazón enorme.

Existen otros personajes importantes como Preston Burke (Isaiah Whasington) o el Jefe (James Pickens Jr.), pero los considero algo menores a los anteriormente descritos.

Anatomía de Grey está emitiendo actualmente su quinta temporada tanto en Estados Unidos como en España, aunque los episodios por el canal Cuatro han sufrido un pequeño parón. Animo a cualquiera que lea este posta a darle una oportunidad a esta gran serie si aún no lo ha hecho, pues creo que no le decepcionará.
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sábado, 18 de abril de 2009

LOST. El que está perdido eres tú.



La serie de las series está de actualidad en España. Desde que hace varias semanas la cadena de televisión Cuatro anunció que se había hecho con los derechos de emisión, mucho se ha hablado al respecto y muchos nos hemos preguntado si por fin esta serie obtendrá el trato que se merece en nuestro país. A día de hoy, aún desconocemos cuando comenzará a emitirse, y las dudas sobre el éxito de la serie en la cadena de Sogecable están más que justificadas.

Sin embargo, todo esto me proporciona una excusa perfecta para dedicar este post a otra de las series con las que más he disfrutado. Poco puedo decir de Perdidos que no se haya dicho ya: Es una obra original, creativa, inquietante y sobre todo, adictiva. Profundamente adictiva. También es tramposa, muy complicada, extenuante y frustrante. Pero si has caído en sus garras, si de verdad has llegado a convertirte en uno de los supervivientes, si tú también has viajado en el 815 de Oceanic y te has estrellado en la isla, entonces ya no puedes escapar.

Arrancó en 2004, con el episodio piloto más caro jamás rodado en la historia de las series de televisión (costó más de once millones de dólares) en la cadena norteamericana ABC, marcando un hito televisivo. El fenómeno Perdidos ha batido casi todas las fronteras habidas y por haber. Se ha convertido en una serie de culto que arrastra un fenómeno fan constante y comprometido, auténticas cabezas pensantes que se proponen discernir el universo Perdidos elaborando teorías, algunas más acertadas que otras.

Como ya he dicho, poco puedo añadir sobre esta serie que no se haya contado. Puedo volver a repetir lo que ya se ha dicho hasta la extenuación: La historia se centra en las vidas de un grupo de supervivientes de un accidente aéreo ocurrido en una isla aparentemente desierta plagada de misterios e incógnitas. Miedo, amistad, amor, odio, supervivencia y otros instintos básicos se combinan en un ambiente de pesadilla con situaciones extremas en un entorno cada vez más misterioso.

Actualmente emitiendo su quinta temporada en Estados Unidos y a tan sólo un par de decenas de episodios para el final, algunos afrontan esta conclusión del viaje con temor, otros con expectativas y otros con impaciencia. O con todo a la vez. Después de cien episodios, miles de interrogantes aún sin resolver y seguramente con unos cuantos más aún por crear, ¿Es realmente posible que Perdidos ofrezca un final a la altura? ¿Es posible que todas las preguntas que orbitan en la mente de los espectadores sean contestadas satisfactoriamente? Sea como fuere, la respuesta la tendremos el próximo año, cuando esta serie llegue a su fin después de seis exitosas temporadas.

Se podrían escribir líneas y líneas sobre la serie, sobre cada uno de los personajes, sobre cada uno de los episodios y sus diferentes estructuras narrativas, sobre cada uno de los misterios resueltos y sin resolver... Pero de momento, voy a limitarme a exponer por qué me gusta Perdidos. Por qué considero que esta serie es grande y que su éxito no es solo debido a una corriente histérica de fans sin criterio o amantes empedernidos de la Ciencia-Ficción.

1 - La isla. Porque la isla en sí es un personaje más, enormemente profundo y complejo. La isla está viva, respira, amenaza, consuela, reconforta, mata y da vida. Conocer a la isla es el principal motivo por el que cada uno de los espectadores de Perdidos ha iniciado este viaje. Saber qué es lo que ocurre ahí, qué es realmente la isla y cuál es su función es una pregunta cuya respuesta llega a convertirse en una obsesión. Porque aquellos capítulos en los que se nos da un poco de información acerca de este magnífico personaje se convierten en algo enorme, y cuando la palabra LOST con su mítico fondo de pantalla en negro aparece, te das cuenta de que el corazón te va a mil por hora.

2 - La estructura narrativa. Cada episodio está dedicado a uno de los personajes, durante el cual, a través de flashbacks, podemos conocer su pasado, comprender su presente y relacionar lo ocurrido en el pasado con los acontecimientos en la isla. Los flashbacks son la marca de la casa. He de reconocer que antes que la isla, la acción o el misterio, lo primero que me llamó la atención de esta serie fue su esquema narrativo, su novedoso uso de los llamados flashbacks. Hubo una época en que comprender al personaje, conocer los secretos que guarda y seguir su trayectoria fue más estimulante para mí que ahondar en los misterios de la isla.

3 - Los personajes. En una serie tan coral como Perdidos, lograr escribrir personajes tan tridimensionales me parece altamente meritorio. Personajes con los que te identificas, hacia los que sientes simpatía o antipatía, a los que comprendes una vez has conocido su historia o que terminas por rechazar para siempre. Personajes que además, evolucionan, que acabarán el viaje siendo personas muy diferentes a las que eran cuando lo empezaron.

4 - La banda sonora. La música compuesta sobre todo para la primera temporada es una absoluta gozada. Los momentos dramáticos en ningún momento llegan a ser gratuitamente lacrimógenos gracias a una música elegante y sobria, con un predominio de melodías al violín preciosas y completamente estremecedoras en algunos casos. Por otro lado, en los momentos de tensión o misterio, te atrapa y te absorbe, hace que formes parte de la acción entrando en un ambiente tenebroso y místico del que es difícil es capar.

5 - Los Cliffhangers (según wikipedia, escenas que normalmente, al final de un capítulo de una teleserie o cualquier obra que se espere que continúe en otra entrega, generan el suspense o shock necesario para hacer que la audiencia se interese en conocer el resultado de dicho efecto en la siguiente entrega). La habilidad de los guionistas para dejarte en vilo, para sacarse un as de la manga, parece casi infinita. Si hay una serie que utilice este recurso de una manera efectiva, esa es Perdidos. Prácticamente, cada final de temporada ha supuesto una tortura por tener que esperar varios meses para saber cómo continúa la historia después de el último giro de tuerca.

6 - Porque no es sólo una serie de misterio. Perdidos, además, es un drama a la altura de los grandes. Un drama en el que los personajes sufren miserias, crecen, aprenden, luchan, fracasan o salen victoriosos. También puede llegar a destacar notablemente en el ámbito de la comedia. Sobre todo gracias a personajes como Hurley o Sawyer (debido a la simpatía del primero y al cinismo del segundo) que convierten Perdidos en una serie muy completa.

Podría seguir citando cualidades, pero sospecho que la entrada ya es lo suficientemente larga. Sin embargo, no todo son alabanzas para esta serie, que también tiene sus errores. Como dije al principio del post, la serie es tramposa, muy complicada, extenuante y frustrante. Pero espero poder hablar de todo eso en el futuro.
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miércoles, 15 de abril de 2009

MUJERES DESESPERADAS. Seres infelices en un lugar idílico



Han pasado más de cinco años desde que en septiembre de 2004, esta serie emitió su episodio piloto por el canal de televisión americano, ABC. Han pasado más de cinco años desde que inmediatamente, la serie se convirtió en el mejor estreno de la cadena en años, y la crítica estadounidense alabó este producto casi por completa unanimidad. Quería empezar mi andadura en este blog hablando de esta serie, pues nunca he llorado, reído y seguido intrigas con tanta intensidad como lo he hecho al seguir las andanzas de las cuatro mujeres protagonistas.

Mujeres desesperadas es la historia de un lugar idílico y de sus infelices habitantes. Personas que se mienten a sí mismas, a los demás; que guardan secretos, inconfesables, inesperados, peligrosos.

Wisteria Lane amanece como tantos otros días, soleado, cálido, acogedor… Los maridos han terminado de roncar y han comenzado a afeitarse, las esposas preparan el desayuno a sus hijos y los retoños aprovechan los últimos instantes de sueño bajo las sábanas. Un día como tantos otros, Mary Alice Young (interpretada por Brenda Strong), distinguida, bondadosa, amable y atenta, reputada en la vecindad, decide quitarse la vida apretando el gatillo de un revólver que nunca antes había sido usado.

Mary Alice era una persona maravillosa a ojos de todos sus vecinos. Era un ama de casa feliz, que dirigía su hogar con entrega, que cumplía su papel con abnegación. ¿Qué motivos podía tener para suicidarse? ¿Acaso su estilo de vida no era el mismo que el del resto de sus amigas? ¿Por qué lo hizo? Esa es la pregunta inicial que plantea el episodio piloto. En sólo un par de minutos el creador de la serie tuvo tiempo de presentar a Mary Alice, justo para inmediatamente después, acabar con ella al volarle los sesos con una pistola.
Descubrir el motivo del suicidio de Mary Alice, será la principal línea argumental de la primera temporada. Motivo que se nos revelará durante el último episodio, recibiendo a lo largo de todos los demás, breves retazos de información a partir de los cuales podremos sacar conclusiones.

Cada capítulo comienza con un prólogo narrado por Mary Alice, convertida en exquisito fantasma, mediante el cual se exponen los hechos, adornados con metáforas y frases ingeniosas, que van a desarrollarse en dicho episodio, que concluirá con el correspondiente epílogo, en el que comprobamos que todas las historias han ido viajando hasta un punto común, y en el que sacaremos conclusiones, siendo los finales los momentos más emotivos de cada capítulo. En ellos, Mary Alice habla acerca de la vida y de la muerte, del bien y del mal, del amor y del odio. Son estos epílogos finales los momentos más emotivos, los que han convertido a Mujeres Desesperadas en una serie de gran originalidad, ingeniosidad, frescura y sensibilidad.

Comedia, drama, sátira, crítica social, humor negro, ironía, sexo, doble moral, intriga… Son algunos de los ingredientes que engrandecen esta magnífica serie, este producto capaz de hacerte pasar de la sonrisa ensoñadora a la carcajada limpia, para terminar erizándote el vello de la nuca y derramar tus lágrimas por las mejillas a la vez que en tu cerebro se imprimen algunas de las frases más ingeniosas de sus magníficos diálogos.

Wisteria Lane es un lugar deslumbrante, grandes y bonitas casas, coloridos jardines, educados vecinos… ¿Quién no podría ser feliz viviendo en este paraíso? Las cuatro protagonistas son un buen ejemplo. Un grupo de mujeres que han logrado sus metas, cumplir sus sueños. Se han casado, se han mudado a las afueras, tienen un buen trabajo y han formado una familia. Están viviendo el sueño americano. Pero son infelices. Y es cuando Mary Alice se suicida cuando esta verdad acude a ellas de forma implacable, provocando que los cimientos de sus vidas se tambaleen. A partir de ese momento, cada una de ellas intentará por todos los medios escapar de esa infelicidad, por miedo a levantarse una mañana con ganas de volarse la sien apretando el gatillo de una pistola.
La serie es una exploración a la infelicidad de estas mujeres después de haber conseguido lo que querían, una asistencia a las peripecias y crisis existenciales de cuatro amas de casa. Unos personajes llenos de matices, de luminosidad y frescura, con personalidades bien definidas que traspasan la pantalla y te permite conocerles, quererles e incluso formar parte de sus vidas. Sin embargo, también tienen una oscuridad que hasta entonces yo nunca había visto en una serie de televisión. Las cuatro mujeres protagonistas tienen una naturaleza turbulenta que no pueden controlar, y es por eso por lo que están tan desesperadas. No en vano, al final de la primera temporada, la mayor parte de los personajes de la serie ha cometido un delito importante.

Susan Mayer (Teri Hatcher) es una peculiar divorciada de mediana edad, propensa a los accidentes y prácticamente con una mala suerte crónica diagnosticada, que se siente atraída por el nuevo vecino recién llegado al barrio; Bree Van de Kamp (Marcia Cross) es una flamante ama de casa aparentemente perfecta, pero la realidad dista mucho de ser así; Lynette Scavo (Felicity Huffman) fue una implacable ejecutiva publicitaria que ahora es incapaz de controlar a sus hijos; y Gabrielle Solis (Eva Longoria) es una ex modelo de pasarela materialista y superficial pero dotada con gran astucia e inteligencia. Asimismo, la serie cuenta con un plantel de secundarios absolutamente espectacular, encabezado por la estelar Edie Britt (Nicollette Sheridan), la devora hombres oficial del barrio tras cuya fachada se esconde una mujer mucho más frágil de lo que parece (irá ganando peso a medida que avanza la serie), Karen McCluskey (Kathryn Joosten), una viejecita gruñona que sin embargo cuenta con un irreverente sentido del humor, o Martha Hubber (Christine Estabrook), una víbora sin escrúpulos que es capaz de encontrar beneficiosa la repentina muerte de su vecina por poder quedarse con la batidora que esta le había prestado con anterioridad. También hay que destacar el papel de los maridos de las protagonistas, pues pese a que la serie está enfocada desde el punto de vista de las esposas, ellos juegan un grandísimo papel en sus vidas y también son grandes personajes que merecen un post aparte para ellos solos.

No puedo terminar este post sin destacar la magnífica banda sonora compuesta por Danny Elfman (compositor de entre muchas otras, las bandas sonoras de Pesadilla antes de navidad o Eduardo Manostijeras), que acompaña perfectamente tanto en los momentos más emotivos como en los de la más hilarante comedia.

Es mi intención seguir desgranando esta gran serie en futuros post, para hablar más a fondo de los personajes y de su evolución a lo largo de sus cinco temporadas de existencia, ya que considero que una sola entrada no podría hacerle justicia a la que considero la mejor comedia que he visto hasta ahora.
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