lunes, 7 de diciembre de 2009

Biografía de una Desesperada: LYNETTE SCAVO (2ª Temporada)


Como dije, interesante premisa. Si en la primera temporada nos enseñaron la faceta de Lynette como madre, en esta nos enseñan su faceta como mujer trabajadora. Pero pronto comprobamos que la maternidad ha hecho mella y que nunca volverá a ser esa mujer segura de sí misma e implacable de antaño.

Encuentro dos problemas en esta nueva Lynette:

- El peso de la madre que conocemos es demasiado grande. Las tramas en las que ver a una Lynette profesional que se enfrenta a retos y hace méritos en la empresa escasean, en favor de nuevas vueltas de tuerca a las ya conocidas tramas familiares. Lynette siente la necesidad de volver a ese mundo del que proviene (el hogar, la familia) y alejarse del mundo malo, oscuro (el trabajo), que quiere retenerla.

- Se ve rodeada de secundarios simplones como la antipática Nina o el prácticamente infante Ed, cuya única misión es ejercer de “villanos” que se interponen entre ella y su familia. No proporcionan situaciones interesantes en ningún momento o episodios destacables de ese humor negro y esa mala leche que caracterizaron a la primera temporada. Quizá despunte el episodio protagonizado por aquella trabajadora que continuaba amamantando a su hijo aún después de los cinco años. Hubiera apreciado la inclusión de más tramas de este tipo que agilizaran el relato en la oficina, a veces tedioso y con puntos de atención intermitentes.

Sí me parece acertado, por otro lado, el cambio que se produce en Tom y Lynette como matrimonio. Si en un principio Tom nos sorprende con una actitud responsable y generosa cuando anima a su mujer a volver trabajar, a medida que la temporada transcurre, dicha generosidad irá transformándose en resentimiento e inmadurez. Una inmadurez que se hará más latente a medida que avance la serie. Tom se siente atrapado en casa, tal y como se sentía ella, pero en vez de enfrentarse al problema, huye de él, intenta zafarse. La situación devendrá en ellos dos trabajando juntos con desafortunados resultados y culminará con la sospecha de que él se está acostando con otra.

Buena idea la de guardarse el as (revelar el secreto que Tom guardaba desde la primera temporada) hasta el final de temporada, por efectivo y por capacidad para romper expectativas. Así, una vez terminada la temporada, la premisa establecida para el siguiente año viene dada por la presencia de una nueva hija (hijastra en el caso de Lynette) y la madre de dicha niña (insoportablemente gritona y fuera de sí), y la vuelta a los problemas familiares con los primeros tintes importantes de culebrón de fondo (la otra mujer, la hija secreta), que por otro lado no llegan a molestar todavía.

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