martes, 23 de febrero de 2010

El deporte tirano



Sí, aún quedamos, somos solo unos pocos, dispersos, acallados a golpe de maza, tememos el aislamiento social, la famosa espiral del silencio de Noelle-Newmann. A veces hablamos, bajito, no sirve de nada, el gigante Goliat resulta no ser tan fácil de matar.

Vuelven, todos los años, todos los meses, descansos testimoniales, irrisorios, y vuelven; se inventan miles de excusas, la Liga, la Champions, la Eurocopa; invaden los medios, la tele, la radio, la presna; puedes huir, pero no esconderte.

Cabe preguntarse el porqué, nadie, casi nadie, lo hace, pero cabe hacerlo. Cómo el deporte rey se ha convertido en un perfecto organismo, capaz de distraer a las masas de los problemas más cotidianos; capaz de engatusarlas, año tras año, sin perder un ápice de tirón. Cómo la rivalidad acérrima, retroalimentada, por interés, de dos entidades empresariales, dos gigantes plataformas de fabricar pasta, sigue ocupando puestos privilegiados en la elaboración de la agenda-setting.

Los hay poderosos, los hay que no, como en todo, la diferencia de clases también está presente. Algunos se hacen llamar los galácticos, nos pasan su título por el forro, todos los días; anuncian fichajes astronómicos, la gente no tiembla de miedo al escuchar las cifras que se manejan; es más, se sienten impresionados, fascinados, no lo admiten, pero en el fondo, lo saben; estamos en crisis, también lo saben, pero es muy fácil dejarse seducir.

Por supuesto, también están los siervos; cámaras y reporteros, espacios noticiosos, tiempo privilegiado y valiosísimo dedicado a adorar, encumbrar, enjuiciar; todo un discurso politizado y al servicio del poderoso que asquea y aburre y se repite. Como una mala digestión: lunes, martes, miércoles, y así hasta el famoso domingo. El fútbol ya no es el deporte rey. Es el gobierno de España.

Estadios llenos, llueve, truene o nieve. Bufandas alrededor del cuello aunque el salón esté abarrotado y la calefacción al máximo. Y claro, violencia. Desquiciados que se pegan por un gol de más. Provocación, no solo en las calles, que también a los amigos de Cuatro les encanta meter cizaña con su pretexto amarillista del paseíllo de turno. Luego llegará la revancha. O la venganza. Crispación de nervios. Y todo volverá a empezar. Esto es lo que hoy conocemos como fútbol, nunca sabremos lo que sería si se limitaran a chutar la pelota.

3 comentarios:

  1. Ole, Ole, así me gusta, las cosas claras. Estoy completamente de acuerdo pero yo nunca podría decirlo así de bien.

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  2. Gracias, anónimo, me alegro de que te haya gustado. La verdad es que somos tan pocos los que pensamos así que merece la pena siquiera abrir un poco la boca.

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  3. buen articulo, sencillo, claro, direto. lleno de matices y de ideas. no todo el mundo ve el futbol asi. ¿Has pensado en el lenguaje que utilizan los periodistas en sus articulos sobre el fulbol?

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